Muchas veces, cuando vemos el nombre de alguna marca, página, blog, etc, nos preguntamos de dónde viene el nombre o título, en ocasiones es fácil de adivinar y otras no tanto.
Los que habeis visto el logo, habreis imaginado que tengo un gato que, efectivamente, es Morfeo, y lo que hoy quiero contaros es la historia de este gordito ser peludo que me llena de alegría.
Hace ya seis años (como pasa el tiempo!), yo vivía sola en un pequeño apartamento, y una noche, subiendo las escaleras hacia mi casa, se me cruzó entre las piernas una cosa pequeña y peluda, una vez recuperada del susto, pude ver que era una gatin que debía tener pocos meses, por el tamaño y lo delgadito que estaba. Cuando abrí la puerta, sin dudarlo un instante se metió hasta el fondo y como no había nadie, decidí darle asilo hasta que encontrase al dueño si es que lo tenía. El pobre se contentó con una lata de paté que, por lo que tardó en comerla, le debió parece caviar. Noté que cojeaba y me fijé en que tenía una patita que no apoyaba, por lo que sospeche que debía ser callejero.
Se pasó todo el fin de semana durmiendo, de ahí su nombre, Morfeo, el rey del sueño, y tan sólo se levantó un par de veces a comer, de lo extenuado que estaba de la vida en la calle.
El lunes le llevé al veterinario, comprobamos que no tenia chip, por lo que se ofreció a llevarle a un refugio, a no ser, me dijo, que yo quisiera quedarme con él. Desde el momento que se cruzó por mis piernas supe que él me habia elegido para cuidarle y yo le quería desde antes de encontrale, así que lleva conmigo desde aquel dia.
Pasado un tiempo, por una extraña casualidad del destino, me enteré que Morfeo había sido recogido de la calle antes que por mi, por otras personas, los cuales le llevaron al veterinario porque cojeaba y, cuando este les dijo que le tenían que operar y el precio de la opereción, no se les ocurrió otra idea, al no querer pagar, que tirarlo otra vez a la calle, lejos de su casa por aquello de la mala conciencia.
Nunca he entendido como la gente es capaz de abandonar a sus animales, dá igual que lleven con ellos dias o años, una persona con corazón jamás haría un cosa asi, no os parece?
Y aquí os enseño al protagonista:
¿No es para comerselo a besos?
Que disfruteis del verano y de vuestros animales, que ellos piden muy poco y nos lo dán todo.
Besos